Cómo hacer mermelada casera con fruta congelada - Disanfrio
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Cómo hacer mermelada casera con fruta congelada
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Hasta no hace demasiado tiempo hacer mermelada casera de naranja fuera de temporada o de frutos rojos sería algo de lo más impensable. Hacer una mermelada casera de fresas en pleno verano por más que el cuerpo lo pidiera, todo un imposible. Un imposible, sí, pero solo hace unos años cuando la fruta congelada era del todo también impensable.
Es un lujo poder levantarnos en pleno agosto con antojo de mermelada de fresas y poder ponernos manos a la obra sin pensarlo un solo minuto. Esto es, además, posible manteniendo todos los nutrientes y las vitaminas de la propia fruta. Vamos a conocer por qué todo esto es posible y cómo apuntarnos al interesante mundo de las mermeladas caseras. Un mundo donde todo son ventajas y donde la fabricación de nuestra propia mermelada es más sencilla de lo que parece.

Mermelada casera con fruta congelada: sabores que desafían estaciones

Mango, piña o zarzamora son solo algunos de los ejemplos de las frutas que podemos emplear para hacer nuestras propias mermeladas en casa. Una acción que supone, además de la posibilidad de comer compotas de estos sabores en cualquier época del año, controlar los azúcares añadidos o poder consumir este delicioso producto sin conservantes ni colorantes. Fresas de cultivo con todo el sabor y todas sus propiedades son otra de las posibilidades dentro de la fruta congelada que podemos tener al alcance de la mano; y durante todos los meses del año con toda la garantía del sabor. Una fruta que consumir directamente o de la que disponer para la elaboración de mermeladas en casa.

¿Cómo hacer mermelada con fruta congelada?

Da igual que vayamos a usar frutos rojos, fresas o mango. No necesitaremos más de un par de tazas de fruta congelada. Hay que añadir una cucharada sopera de azúcar por cada taza. Esta será la referencia para usar en cuanto al azúcar, es decir, si queremos hacer más o menos cantidad, corresponderá una cucharada por cada taza. Dicho esto, hay que verter la fruta sobre el recipiente en el que vayamos a hacer la mermelada. No hace falta que la fruta esté descongelada. Pasados unos minutos a fuego medio, añadimos el azúcar y el agua que admita la mermelada. Empezaremos por un chorro de agua, que ya iremos viendo cuánta vamos a ir necesitando para conseguir la textura de la mermelada. Una vez conseguimos la textura de la mermelada, podremos dejar algunos trozos de fruta o pasar la mezcla por la batidora para que no queden grumos.

Los trucos que no debemos olvidar al hacer mermelada casera

Aunque no hay más que decir respecto a la elaboración de la mermelada, sí es importante tener en cuenta varias cuestiones para no arruinar fabulosas recetas. La primera de ellas que, si no hemos conseguido el correcto punto de dulzor, es mejor no añadir más azúcar a la mermelada una vez confeccionada. No valdrá de nada y hará que los gránulos se noten en la textura. Es importante también saber reconocer cuándo está lista la mermelada. En este sentido un truco usado por nuestras abuelas es ver cómo llenando una cuchara con la mezcla, esta al ser dada la vuelta no se derrama. Finalmente, y aunque como podemos ver, la receta no requiere más que de la fruta, el agua o el azúcar, existen sabores como los que tienen que ver con los frutos rojos que admiten en la elaboración un toque de canela. Si lo usamos, debemos recordar que es solo eso: una pequeña pincelada de sabor. ¡Ya no hay excusas para hacer la mejor mermelada casera en cualquier época del año con frutas congeladas!
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